miércoles, 28 de septiembre de 2016

Reseña: LA CONDICIÓN ANIMAL, de Valeria Correa Fiz

Título: La condición animal
Autora: Valeria Correa Fiz
Publica: Páginas de Espuma
Páginas: 168
Precio: 15 €

Nos creemos superiores al resto de seres vivos de este planeta, los verdaderos dioses de la creación. Pero la biología no miente: nuestro ADN nos une irremediablemente al reino animal. Nuestro comportamiento, nos señala, además, como el más despiadado de los depredadores. Tal vez ya va siendo hora de pensar en aquello que tenemos de animales,  ¿y qué mejor manera que hacerlo a través de la lectura de los relatos de La condición animal, el libro con el que Valeria Correa Fiz se estrena en el panorama literario español?
La condición animal es un libro de relatos de ficción compuesto por un total de doce composiciones de extensión variable, escritas todas ellas con el estilo tan lúgubre como luminoso, tan realista como soñador, tan rico como claro de Valeria Correa Fiz.
El volumen se divide en cuatro capítulos: Tierra, Aire, Fuego y Agua. Cada capítulo, a su vez, contiene tres relatos. Los relatos guardan estrecha relación con el elemento al que van asociado pero también con todos los otros cuentos del libro, de manera que al acabar la lectura del libro el lector tiene la sensación de hacer abarcado un todo indiscutible: un universo único, el de Valeria Correa Fiz, pleno en matices, zoología y sentimientos encontrados.
Tierra es un capítulo que nos habla de migraciones y de depredadores que acaban cazando irremediablemente a sus víctimas. El primero de los relatos que conoceremos tanto en este capítulo como en el libro es Una casa en las afueras, una historia que nos habla de una mujer perdida en el mundo que acaba reaccionando con la fiereza de un gran felino ante la adversidad. Tras este inquietante relato, muestra clara de lo que el lector va a encontrar a lo largo y ancho de este libro, nos encontramos, entre otras cosas, con los dinosaurios de La vida interior de los probadores y otros seres que quisiéramos que se extinguieran con o sin la caída de un meteorito. Finalmente, Las invasiones nos habla, en clave de relato fantástico que se entremezcla con algo tan cotidiano como ir a hacerse las uñas, de las migraciones de japoneses a Argentina durante la Segunda Guerra Mundial.
Aire es un capítulo que nos habla de los tristes descubrimientos de la infancia y de las vidas que han de emprender el vuelo, aunque nos cueste aceptarlo. Así, en Lo que queda del aire, conoceremos cómo recuerda su protagonista sus veranos en el campo, en la casa de sus abuelos, así como su primera experiencia con la muerte de un ser vivo. Por otra parte, El mensajero es un relato que se vale de la imagen de un pájaro para hacernos entender la necesidad de hacer volar la esperanza cuando ya no hay nada más que hacer por la vida de alguien. Pero si hay un relato verdaderamente desgarrador en este capítulo, ese es Aún en la intemperie, la historia de un campesino de edad avanzada que habla de la muerte trágica de sus seres más queridos.
Fuego es un elemento que, sin duda, no pueden crear otros animales que no sean el hombre. Tampoco sé si otros seres vivos pueden sentir cómo se queman por dentro. Sea como sea, este capítulo nos habla de locura, de vidas marginales y de amores imposibles. La locura en su manifestación más clásica está presente en Regreso Villard, un relato un tanto gótico cuya protagonista es alguien con escasa salud mental. En Perros, por otro lado, conoceremos la vida de la calle, aquello que los ambientes marginales obligan a hacer a algunos aunque realmente no quieran. Por último, Nostalgia de la morgue (el relato más largo, por cierto, de este libro), nos habla de la necesidad de compañía en los hospitales, pero también de amores imposibles y sueños inalcanzables.
La vida empezó en el agua, buena parte de nuestra anatomía está formada por este elemento y Agua es el título del último capítulo de este libro. Su primer relato, Deriva, nos habla de dinosaurios y de guionistas infelices. En Leviatán, por su parte, sabremos de extraños animales acuáticos y no menos extrañas desapariciones que se dan en muchos países del mundo real. Finalmente, Criaturas, uno de los más desgarradores cuentos de este libro desde mi punto de vista junto con Perros, conoceremos a un padre singular y a una no menos extraña plaga que acaba trayendo la tragedia al protagonista de esta historia.
La condición animal, en definitiva, es un libro de relatos que hará que el lector experimente miedo, ternura, aprensión y rabia. Un compendio extraordinario por la calidad de sus escritos, por lo mucho que dan que pensar: por demostrarnos, una vez más, que lo que nos hace humanos a veces es lo mismo que nos une al mundo animal. Un libro para descubrirnos y descubrir que se puede hacer literatura de calidad al alcance de un gran espectro de lectores. Así que yo que tú me acercaría a la librería más cercana para cazar este precioso ejemplar salvaje. ¡Rápido, que se escapa!

Cristina Monteoliva